4º ESO. MODELO DE EXAMEN 1ª EVALUACIÓN.
CURSO 12-13
1.
Explica los siguientes conceptos (ejemplifica
si es posible): Sturm und Drang – locus amoenus – carpe diem – collige, virgo,
rosas – ubi sunt? – artículo de costumbres - texto - enunciado (y enunciado oracional y no
oracional) – sintagma
2.
Explica las propiedades textuales y
ejemplifícalas.
3.
Procedimientos de sustantivación. Con
ejemplificación.
4.
Concepto y características del Romanticismo.
5.
Etapas en la lírica romántica española.
6.
José de Espronceda.
7.
Rosalía de Castro.
8.
Mariano José de Larra.
9.
Principales diferencias entre el teatro
neoclásico y el teatro romántico.
10. Sobre
el siguiente texto:
a.
por qué podemos decir que se trata de un
texto; razónalo indicando si posee las tres características o propiedades
básicas que debe poseer un texto;
b.
De los procedimientos gramaticales que dan
cohesión al texto:
§ envuelve
en círculo dos elementos anafóricos, señalando qué elementos se conectan
en esas anáforas;
§ envuelve
en rectángulo dos elementos catafóricos, señalando qué elementos se
conectan en esas catáforas;
§ con un
subrayado marca dos deícticos;
§ con
doble subrayado dos marcadores o conectores textuales;
§ completa
dos elipsis con lo que corresponda.
El Tratado
Primero de El Lazarillo de Tormes tiene dos partes diferentes: en la
primera, Lázaro relata sus orígenes hasta que su madre le entrega al ciego para
servirle; en la segunda, nuestro protagonista cuenta sus peripecias con su
primer amo. Probablemente, el autor pudiera haber hecho dos tratados con estas
dos partes; pero no, las fusionó por alguna razón o debido a su
interdependencia. Quizás se debiera a la siguiente razón: que Lázaro fragua su
modo de ser en estas dos partes y el resto de la novela no sea sino una
amplificación. No obstante, también conviene señalar que el relato de la vida
de Lázaro hasta comenzar a servir al ciego es muy delicado, de ahí que no
quisiera dedicarle un tratado entero, pues con las aventuras con ese amo el
lector olvida un poco la dureza de la infancia del muchacho. Asimismo, el autor
no se podía recrear pormenorizadamente en cuestiones como los robos o la
relación de la madre de nuestro pícaro con el hombre moreno, porque a mediados
del siglo XVI eran cuestiones sociales peligrosas.
11. Analiza
sintácticamente la siguiente oración (incluyendo el análisis de los sintagmas):
Aquellos
niños tan golosos comieron muy hambrientos los dulces de chocolate.
12. Completa
la tabla:
GÉNERO
|
AUTOR
|
OBRA
|
El estudiante de Salamanca
|
||
Rosalía
de Castro
|
||
Narrativa
en verso
|
Leyendas
históricas
|
|
Narrativa
en prosa
|
Bécquer
|
|
Novela
histórica
|
Enrique
Gil y Carrasco
|
|
Prosa
romántica
|
Artículos
de costumbres
|
|
Drama
romántico
|
Duque
de Rivas
|
|
La conjuración de Venecia
|
||
Drama
romántico
|
José
Zorrilla
|
13. En
la siguiente rima de Bécquer responde a las siguientes cuestiones:
a)
En qué apartado de la estructura interna de
las Rimas situarías el poema.
b)
Señala las características propias del
Romanticismo reconocibles en el poema.
c)
Indica la estructura métrica.
d)
Señala los recursos literarios más destacados
y su sentido en el poema.
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!...
¡No pudo ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
14. Explica
las características propias del Romanticismo, en general, y del drama
romántico, en particular, presentes en el siguiente texto de Don Álvaro o la
fuerza del sino, del Duque de Rivas.
Situación:
Don Alfonso, hermano de doña Leonor,
quiere vengar a su padre y hermano, muertos —contra su voluntad— por don
Álvaro. Antes del duelo don Alfonso revela a don Álvaro que el rey ha perdonado
a la noble familia de éste, y en consecuencia ya es un hombre de honor; así
pretende arrebatarle su breve dicha al matarle.
DON
ÁLVARO (Muy turbado y fuera de sí.) .—
Ya me habéis dicho bastante...
No sé dónde estoy, ¡oh cielos!...,
si es cierto, si son verdades
las noticias que dijisteis...,
(Enternecido y confuso.)
¡todo puede repararse!
Si Leonor existe, todo.
¿Veis lo ilustre de mi sangre?...
¿Veis?...
DON
ALFONSO.—
Con sumo gozo veo
que estáis ciego y delirante.
¿Qué es reparación?... Del mundo
amor, gloria, dignidades,
no son para vos... Los votos
religiosos e inmutables
que os ligan a este desierto,
esa capucha, ese traje,
capucha y traje que encubren
a un desertor que al infame
suplicio escapó en Italia,
de todo incapaz os hacen.
Oye cuál truena indignado
(Truena.)
contra ti el cielo... Esta tarde
completísimo es mi triunfo.
Un sol hermoso y radiante
te he descubierto, y de un soplo
luego he sabido apagarle.
DON
ÁLVARO (Volviendo al furor.).—
¿Eres monstruo del infierno,
prodigio de atrocidades?
DON
ALFONSO.—
Soy un hombre rencoroso
que tomar venganza sabe.
Y porque sea más completa,
te digo que no te jactes
de noble... Eres un mestizo
fruto de traiciones.
DON
ÁLVARO (En el extremo de la desesperación.) .—
Baste.
¡Muerte y exterminio! ¡Muerte
para los dos! Yo matarme
sabré, en teniendo el consuelo
de beber tu inicua sangre.
(Toma
la espada, combaten y cae herido DON ALFONSO.)
DON
ALFONSO.- Ya lo conseguiste... ¡Dios
mío! ¡Confesión! Soy cristiano... Perdonadme... Salva mi alma...
DON
ÁLVARO.- (Suelta la espada y queda como
petrificado.) ¡Cielos!... ¡Dios
mío!... ¡Santa Madre de los Ángeles!... ¡Mis manos tintas en sangre..., en
sangre de Vargas!...
DON
ALFONSO.- ¡Confesión! ¡Confesión!...
Conozco mi crimen y me arrepiento... Salvad mi alma, vos que sois ministro del
Señor...
DON
ÁLVARO.- (Aterrado.) ¡No, yo no soy más que un réprobo, presa
infeliz del demonio! Mis palabras sacrílegas aumentarían vuestra condenación.
Estoy manchado de sangre, estoy irregular... Pedid a Dios misericordia... Y...,
esperad..., cerca vive un santo penitente..., podrá absolveros... Pero está
prohibido acercarse a su mansión... ¿Qué importa? Yo, que he roto todos los
vínculos, que he hollado todas las obligaciones...
DON
ALFONSO.- ¡Ah! ¡Por caridad, por
caridad...
DON
ÁLVARO.- Sí, voy a llamarlo... al
punto...