4º ESO. EXAMEN DE LA 2ª EVA. CURSO 11-12. LENGUA
Y LITERATURA
1. Principales
características del Realismo. [10]
2. En qué coinciden y en qué se diferencian
el Modernismo y la Generación del 98. |10]
3. Explica los siguientes conceptos (y
ejemplifica siempre que se pueda): Naturalismo – artículo de costumbres – proposición
– galicismo – doblete [10]
4. Completa la siguiente tabla: [10]
MOVIMIENTO LITERARIO Y GÉNERO
|
AUTORES
|
OBRAS
|
Benito Pérez Galdós
|
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La Regenta
|
||
Los pazos de Ulloa
|
||
Rubén Darío
|
||
Antonio Machado
|
5. Indica cuáles de las siguientes oraciones son
personales (subraya el sujeto, y señálalo entre paréntesis si es omitido),
impersonales (tipo) y pasivas reflejas. [10]
a. Toda la noche estuvo nevando sin parar.
b. Se creyó todas las mentiras de su compañero.
c. Se respira un buen ambiente en este sitio.
d. Te llaman de Jefatura de Estudios.
e. En ese pueblo se elaboran unos dulces
exquisitos.
f. No dejan de enviarte multas los de Tráfico.
g. En este barrio hay mucha gente peligrosa.
h. Le gustan las novelas de amor.
i. Se han publicado las actas secretas de la
negociación con los terroristas.
j. Se tarda poco en el viaje a tu pueblo.
6. Envuelve en
círculo los nexos si los hay e indica el tipo de oración compuesta. [10]
1.
Es natural de
Málaga; esto es, se puede llamar malacitano.
2.
Luisa le
respondió: ¡Olvídame!
3.
Tu amiga no
me habla ni me escucha.
4.
Hable ahora o
calle para siempre.
5.
Dime tu
versión de los hechos, pero no te voy a creer en absoluto.
6.
Te amo, te
adoro, e incluso te quiero.
7.
Es un libro
muy entretenido; no obstante, su final lo estropea todo.
8.
No hagas el
trabajo sobre las moléculas, sino sobre los moluscos.
9.
Aquí dormirán
los chicos esta noche al raso; allí, a cubierto, las chicas.
10. Unos colaboran con las tareas, otros se dedican a
la siesta.
7. Características de la poesía modernista en el
siguiente texto: [10]
Pleno sol
El calor, de vibrante,
parecía sonoro.
El cielo era una tenue soflama de alcohol
Y la siesta como una gruesa castaña de oro,
Se entreabría en el ámbito, crepitada de sol.
Bajo el soto cuya íntima sombra la espiaba, acaso.
Palpitante en la linfa vivaz del manantial,
La náyade torcía su trenza de oro al paso,
Y era el agua desnuda su cuerpo de cristal.
Una lánguida brisa, pálida entre sus tules,
Corriendo por los campos a su azaroso albur,
Removía en los céspedes suaves plantas azules,
O en un largo carrizo silbaba al viento Sur.
La siesta declinaba, y en la aguja vibrante
De un noble álamo, el trino del jilguero feliz,
Desmenuzaba claros maíces de diamante,
Anunciando a los surcos el oro del maíz.
En generoso aliento se exhalaba el tomillo.
La tarde puso un poco de rosa en su pincel.
Y un haz de sol poniente, ya manso y amarillo,
Se tendió ante la casa como un largo lebrel.
El cielo era una tenue soflama de alcohol
Y la siesta como una gruesa castaña de oro,
Se entreabría en el ámbito, crepitada de sol.
Bajo el soto cuya íntima sombra la espiaba, acaso.
Palpitante en la linfa vivaz del manantial,
La náyade torcía su trenza de oro al paso,
Y era el agua desnuda su cuerpo de cristal.
Una lánguida brisa, pálida entre sus tules,
Corriendo por los campos a su azaroso albur,
Removía en los céspedes suaves plantas azules,
O en un largo carrizo silbaba al viento Sur.
La siesta declinaba, y en la aguja vibrante
De un noble álamo, el trino del jilguero feliz,
Desmenuzaba claros maíces de diamante,
Anunciando a los surcos el oro del maíz.
En generoso aliento se exhalaba el tomillo.
La tarde puso un poco de rosa en su pincel.
Y un haz de sol poniente, ya manso y amarillo,
Se tendió ante la casa como un largo lebrel.
Leopoldo Lugones
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